jueves, 5 de enero de 2017

Entre Angeles y Demonios me quedo con Orí


 
















La etimología de la palabra demonio proviene del griego daimon. Daimon significa sabio. A su vez Lucifer viene del latín y significa el portador de luz. Diablo proviene del griego diabolo que significa calumniador, el que provoca pelea, discordia y/o división. Más aún tenemos a Satanás que proviene del hebreo Shaitán cuyo significado es el obstáculo, el que obstruye, el que se opone. También para los Yorubas existe una deidad conocida como Elenini. 

La misma, se asocia con el obstáculo y el infortunio. Interesantemente, Elenini, a pesar de cobrar materialidades reales, dependen de los miedos, temores, dudas, rabia, tristeza y soberbia del ser humano para poder manifestarse. En este sentido el verdadero enemigo reside adentro, no es externo. Quién único puede derrotar a uno es uno mismo.

Mediante Ifa los seres humanos tienen la habilidad de hacer una especie de radiografía existencial donde sale a relucir lo que reside en los abismos recónditos del inconciente. Mejor conocido entre los Yoruba como Orí-Inú: el ser dentro del ser, una de las manifestaciones primordiales de Orí. El concepto de Orí es medular dentro de la cosmovisión Yoruba. En ello, se concentra todo un cuerpo de filosofía y entendimiento de la realidad extremadamente rico y profundo en sabiduría cuyo entendimiento ayuda al ser humano vivir una vida plena y autorealizada. 

Orí se asocia con el concepto del destino. Hay un refrán Yoruba que dice “El destino es buen carácter, el buen carácter es el destino”. Por tanto, dentro de la concepción del destino Yoruba, existe un potencial de vivencias que dependiendo de nuestras desciciones, acciones y buen carácter nos llevarán por el camino de una vida próspera y larga. Esto no significa una vida sin adversidad, tristeza ni sufrimiento. Más bien acentúa la importancia de prevalecer con buen carácter frente la adversidad, la tristeza y el sufrimiento. En su eventual resolución se desata nuestro potencial humano en su máxima expresión productiva.

Resulta importante compartir el siguiente refrán Yoruba “si solo comemos alimentos dulces y evitamos el amargo de la nuez de Kola, toda la comida perdería su sabor”. La vida seguirá siempre siendo la vida, con sus altos y bajos, alegrías y tristezas. No obstante, lo que garantiza que nuestras vidas cumplan un propósito de sentirnos autorealizados depende, en gran medida, de vivir en armonía con nuestro Orí. Orí juega un papel fundamental en nuestro desarrollo como ser humano. De nuestro Orí depende si tenemos las cualidades desarrolladas para poder vivir con un buen carácter. Por ejemplo, el espíritu no puede entregar lo que la cabeza no acepta. Las bendiciones que puedan existir en nuestros caminos pueden ser obviadas facilmente si no vivimos en un estado de conciencia centrado en el ahora, en el presente. Si se vive en el pasado, no estas en el presente y por lo tanto no puedes visualizar el futuro. Se ha perdido la capacidad transformar nuestra realidad del presente.

Orí es un concepto sencillo con muchísima profundidad. Constantemente Orí está en transformación, tanto positiva como negativa. Ifa nos enseña a como armonizar y balancear otras dimensiones inherentes de Orí como lo son la mente lógica, el corazón/emociones constanemente contrapuntiando con lo que se puede llamar alma/espíritu y nuestro propósito en la vida. El balance de estos elementos es lo que muchas tradiciones se refieren a la sincronización de cuerpo, alma y mente. Dicha sincronización, y el estado de conciencia que de ella emana, nos transforma como seres humanos listos para encarnar las experiencias de vida que el destino depara para nosotros. Hasta una próxima, Paz y Ashé…

Awo Ni Orunmila Oyekunbikalomi

Artículo tomado del portal TemploYorubaPR (Templo Yoruba Puerto Rico)





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